En la agricultura extensiva, gran parte de las tareas productivas aún dependen de maquinaria operada manualmente y de la disponibilidad de mano de obra calificada. Esto representa un desafío creciente frente a la escasez de personal, la necesidad de reducir costos operativos y la presión por aumentar la eficiencia y la sustentabilidad de los sistemas productivos. Automatizar la ejecución de labores agrícolas clave—como la siembra, la fertilización, la pulverización o la cosecha—podría transformar radicalmente los sistemas de producción, mejorando la precisión, reduciendo la variabilidad operativa y habilitando nuevas estrategias de manejo basadas en datos.
¿Qué problema busca resolver este desafío?La dependencia de equipos y operadores humanos para la ejecución de tareas agrícolas genera cuellos de botella, aumenta los costos y limita la capacidad de respuesta en momentos críticos del ciclo productivo.
¿Cómo se resuelve actualmente este problema?Mediante el uso de maquinaria agrícola convencional, que requiere operadores, mantenimiento intensivo y condiciones específicas de trabajo. Si bien existen avances en automatización parcial (como pilotos automáticos o dosis variables), la ejecución completa y autónoma de labores sigue siendo limitada.
¿Qué mejoras buscamos en una solución innovadora?Tecnologías autónomas o robotizadas que permitan ejecutar labores agrícolas de manera precisa, repetible y eficiente, con mínima intervención humana. La solución ideal debería ser adaptable a distintas tareas (siembra, pulverización, fertilización, etc.) y operable bajo diversas condiciones de campo.
¿Qué impacto tendría esta solución en la productividad y sustentabilidad del agro?La automatización permitiría reducir el margen de error humano, optimizar el uso de insumos, aumentar la eficiencia operativa y liberar tiempo y recursos del productor. También contribuiría a disminuir la compactación del suelo, mejorar el manejo sitio-específico y reducir el impacto ambiental de las operaciones agrícolas.